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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Un principio... y un fin



Siempre que comienzo un nuevo proyecto, se produce, al menos en mi, una sensación de entusiasmo, ese refrescante efecto vigorizante de lo nuevo, esa sensación de euforia que me hace sentir capaz de hollar inaccesibles cumbres y sumirme en lo inhóspito de las más profundas simas sin apenas torcer el gesto ni descomponer el peinado.
La primera sensación es la impaciencia, uno quiere hacerlo todo, tenerlo todo,  controlarlo todo, calcularlo todo, en suma atarlo todo...Después con el tiempo voy tomando conciencia de la magnitud de la idea, los números no cuadran, -casi nunca cuadran para desesperación del departamento de contabilidad-.
Pero sin remedio el proyecto se nos va escapando de las manos, vamos tomando conciencia del ingente trabajo que tenemos por delante, las fotos no llegan, los textos parecen no funcionar, los listados son incompletos, el formato es inapropiado, el diseño simplista y la portada sosa, hay que tirarlo todo y empezar de nuevo....


Así ocurre una y otra vez, día tras día. A veces se retoma una idea desechada ayer que posiblemente tiraremos de nuevo mañana, todo el mundo tiene su propia opinión, sus propias ideas y todas son diferentes. Escuchando todos esos puntos de vista de quienes tienen un concepto diferente surgen nuevas ideas; asimilables unas, incompatibles otras, uno llega a sentirse confuso e incluso tremendamente descorazonado, pero de todo ese marasmo de ideas desbocadas, de ese entusiasmo primero, surge un primer borrador, una idea sobre la que trabajar, posiblemente no haya quedado la mejor, tal vez hayamos hecho demasiadas concesiones hayamos lanzado demasiados brindis al sol, mirándolo con la perspectiva del tiempo, otros bocetos olvidados también hubieran merecido una buena acogida, quizá mejor, pero ya está, este el elegido y ahora empieza a caminar. 
 
portada definitiva del nº 1
Y cuando todo parece acabado, empieza un nuevo proceso, más prosaico, pero imprescindible,  precios y tiempos de imprenta, de entrega, de distribución, de recogida, de presentación en sociedad, a la web, el blog, las redes sociales, ...
 Una vez que todo eso termina, la revista por fin llega a sus manos, en el proceso han colaborado muchas personas que han ido aportando cosas, que han ido poniendo  pedazos de ese entusiasmo inicial. Esperemos que, al menos, haya valido la pena. Prometemos seguir trabajando para mejorar la propuesta (continente y contenido) en números sucesivos.
Este es, y para todos vosotros. El proyecto de la nuit...”

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